Se podría decir que el crecimiento del pádel masculino y femenino se dio en conjunto. En cuanto a la evolución del pádel femenino, éste viene dado por la unificación del circuito profesional en el Padel Pro Tour y luego en el PadelWorld Tour y principalmente por el cambio en el estilo de juego que se produjo hace unos años.
El pádel masculino destaca por la velocidad del juego y la espectacularidad de las jugadas que le dan más emoción al deporte, mientras que en el pádel femenino encontrábamos un juego más lento, estratégico y defensivo. Las jugadoras estaban a la espera de un error de la pareja rival para realizar un ataque.
Esto trajo como consecuencia un juego menos vistoso y que atraía menos público a las pistas de pádel. El punto de inflexión en el pádel femenino se produce cuando las tenistas ven este deporte como una posibilidad de prolongar su carrera.
El tenis es un deporte de mayor potencia y mayor pegada, lo que produce una transformación en el juego. Las jugadoras de pádel tuvieron que cambiar su estilo de juego para poder superar esta oleada de tenistas femeninas que se estaban colocando en los primeros puestos de los torneos de pádel.
Eso incluyo cambiar su entrenamiento a uno más exigente, para mejorar su estado físico y pulir su técnica de juego. Este cambio va de la mano con la necesidad de conseguir más espectadores para esta disciplina y más patrocinadores. La financiación para las jugadoras no es tan buena, así como las cifras de los premios de los torneos femeninos están muy relegadas en comparación con el pádel masculino.