El padel es un deporte muy joven. De hecho, surgió en el año 1969, con la ayuda de Enrique Corcuera, un empresario de nacionalidad mexicana cuya creación del primer club de pádel en Marbella durante la década del 70, facilitó la difusión de este juego en España y por lo tanto, su popularización. Su gran ventaja reside en que es apto para todas las edades y niveles ya que no depende de la fuerza y la competencia en el saque sino que trata a la cooperación y el compañerismo como la estrategia potencial.
Se conoce al pádel como una actividad complementaria al tenis cuyos atributos lo destacan por su accesibilidad, la diversión y la atmósfera de sociabilidad que genera entre sus participantes.
Pues, bajo estas tres consignas se hace evidente que este deporte ha recorrido el mundo: desde el centro de América al continente Europeo y a los suelos estadounidenses, se ha convertido el deporte de crecimiento más rápido en el mundo. Y se estima que alrededor de 10 millones de personas en el mundo disfrutan de esta actividad recreativa que se practica a dúo ya sea bajo el aire libre o un techo.
El padel consiste en la utilización de una raqueta o pala, que une características del tenis, el squash y el badminton. Las raquetas de pádel están constituidas por fibra de carbono o fibra de vidrio, dependiendo del nivel del jugador para el que esté diseñada la misma debido a que por ejemplo, las paletas de vidrio son más sencillas para adaptarse al juego. Estos son, obviamente rasgos generales ya que existen variedad de características referidas a la tecnología, su tamaño e incluso pueden ser personalizadas. De un tiempo a esta parte, el pádel ha crecido en popularidad y adeptos en varios países del mundo, invitando a hombres y mujeres a practicarlo.